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LA MONTAÑA MALDITA
Situado en la cordillera de los Alpes, y con una altura de 4810 metros, se encuentra el famoso Mont Blanc o Monte Bianco. La doble oronimia se debe a la localización excepcional del macizo, ya que este se emplaza justamente donde chocan las fronteras de Francia e Italia. En 1860, mediante un tratado internacional, ambos países decidirán compartir la cima desde entonces, pero aún a día de hoy hay cierta controversia con respecto a este tema.
Este emblemático pico, hasta el siglo XVIII, era conocido por los lugareños como la “Montaña maldita”. Según se decía, en la cima de este lugar, vivía la reina de las hadas, la llamada “diosa blanca”, que decidía el destino y suerte de los habitantes que poblaban el valle. Esta visión mitificada desaparece cuando el 8 de agosto de 1786 se produce la primera ascensión al Mont Blanc, realizada por Jacques Balmat y Michel Gabriel Paccard. Balmat no era un apasionado del alpinismo, sino un simple cazador que vivía en Chamoix (localidad situada en los Alpes, desde donde se ve el pico del Mont Blanc) y se ganaba la vida recogiendo las piedras preciosas que se podían encontrar a esas alturas. Paccard, por su parte, era el médico de Chamoix, y fue a quién se le ocurrió la idea de ascender a la cima de la montaña. Cuando Balmat se enteró de la empresa que quería llevar a cabo el médico del pueblo, quiso acompañarle para ser su guía.
Y así, sin el material del que disponen los alpinistas del siglo XXI, después de las dificultades que se presentaron a lo largo del camino (que no fueron pocas), lograron alcanzar la cima, dejando en ella clavada un bastón con una bufanda roja atada. La bajada fue más complicada aún, sobre todo para Paccard, quien casi pierde la vista por el resplandor de la nieve.
Hoy en día de esta hazaña no solo queda el recuerdo, si visitamos Chamoix podremos ver en una de las plazas más importantes del pueblo una estatua de dos hombres señalando el Mont Blanc. “Balmat y Paccard”. Pero no es así. Uno de ellos, el que parece un pastor, si que es Balmat, pero el que, por su apariencia de científico del siglo XVIII, podría parecer Paccard, no es Paccard, lo cual, como es evidente, es bastante curioso. Este científico es Horace-Bénédict de Saussure, oriundo de Ginebra. El hecho de que Bénédict de Saussure suplante la identidad de Paccard se debe a la existencia de una segunda “primera” ascensión, llevada a cabo un año después, concretamente el 3 de agosto de 1787. Si bien la ascensión de Balmat y Paccard fue la primera en el tiempo, la segunda ascensión de Balmat y Bénédict de Saussure es la primera en importancia. Subieron esta segunda vez a la cima del macizo Bénédict de Saussure, su criado, Balmat (que hizo de guía) y 18 personas más cuyo cometido fue el de llevar tanto material científico como tiendas de campaña, estufas y provisiones para pasar unos días en la cima. La razón por la que Bénédict de Saussure hizo esto fue meramente científica, y los descubrimientos y conocimientos obtenidos de esta expedición se materializaron en libros como Relation abrégée d'un voyage à la Cime du Mont-Blanc: en août 1787. Por esa razón aparece Saussure en la mítica estatua en vez de Paccard. Por razones de justicia histórica, a Paccard también se le hizo una estatua, aunque años después.
Estatua de Balmat y de Saussure Fuente: B. Brassoud
Estatua de Paccard. Fuente: Benh LIEU SONG