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la catástrofe del k2

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Algunas montañas sirven de cementerio natural para los alpinistas que se han atrevido a subir a ellas. El cementerio-montaña más famoso de todos es sin duda el K2. De cada 100 personas que lo suben solo bajan 71, o lo que es lo mismo, de una expedición normal de 10 personas por estadística bajarían 7. La primera expedición fue en 1856, pero hasta 1954 nadie logró alcanzar la cima.

 

 

El 4 de agosto del año 2008, una numerosa expedición de más de veinte personas se encontraba por encima de los 8500 metros. Tras haber llegado a la cima y haberse echado la noche encima, dieciocho personas tuvieron que quedarse a pasar la noche allí mismo, a escasos 100 metros de la cima. A la mañana siguiente, una placa de hielo gigante se desprendió de la montaña arrastrando todas las cuerdas fijas preparadas para bajar, dejando a once personas con prácticamente ninguna posibilidad de bajar.

Alberto Zerain era el único español en la expedición. Años más tarde recordaba en un vídeo cómo fue la bajada. Cuenta que cuando vio que la organización no tenía ningún sentido, y el nerviosismo era lo que marcaba el paso de los segundos, decidió bajar inmediatamente él solo. Lo hizo a tiempo y fue uno de los únicos supervivientes. Las once personas atrapadas murieron allí arriba. Una de las reflexiones que sacó de esa expedición es la ambición que algunas personas tienen de conseguir coronar algunas montañas, y cómo la propia vida vale más que el honor de haber subido y bajado 8.600 metros de hielo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente de la imagen de portada: animalderuta.com

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