gabriel dawid
Entrevistamos a Gabriel Dawid, de Pamplona, trabaja en la empresa Onabide y se licenció en Historia y Geografía en la Universidad de Navarra.
¿Cómo empezó en el mundo de la montaña?
Cuando era un niño.Por aquel entonces se trataba de una excursión divertida, luego con los años, disfrutas más de la estética y también del carácter deportivo que adquiere. Empecé yendo con un club juvenil, lo cual implica que al principio dependía de otros para poder ir; en cuanto me saqué el carné de conducir, iba a la montaña todo lo que podía.
¿Qué es lo que más le gusta de la montaña?
Es un conjunto.Me permite disfrutar de la naturaleza, de la soledad que se experimenta en ella; de la compañía con la que voy, ya sean mis amigos o mis hijos. Lo más importante de todo es que se trata de un hobbie, no de una obsesión. Hace tiempo que decidí que solo me limitaría a hacer excursiones por el Pirineo, que la montaña solo sería una actividad de fin de semana; no estoy dispuesto a pasar más de dos noches fuera de casa. Por encima de todo esto está mi familia. El sacrificio que se hace por ir al Kilimanjaro es muy grande, y no solo a nivel físico.
Me gusta más en invierno que en verano. Es una superación personal mayor, ya que requiere mucha más técnica poder ascender en esas circunstancias. Hace falta más material, fortaleza física… Es mucho más bonito y puedo llegar a lugares donde en verano no podría llegar.
¿Por qué la montaña y no otro deporte cualquiera? Es decir, ¿qué hace único este deporte?
La montaña no es un deporte competitivo, ni se gana ni se pierde. El hecho de que no sea un deporte competitivo me tranquiliza y me quita presión, me hace ver este hobbie como un reto personal donde si tengo que superar a alguien es tan solo a mí mismo, y esto me llena, completamente. Pienso que es mucho más que un deporte; es una forma de ocio, una forma distinta de afrontar tu actividad física.
¿Cuál ha sido su mayor desafío? ¿Cuáles fueron sus dificultades?
El mayor desafío de cualquiera que suela frecuentar el Pirineo es el Aneto, y para mí también, pero desde un punto de vista técnico, la cresta de Gourgs Blanc en Benasque, en el Pirineo también, me pareció más complicada. Pero sin duda, la que quizás nunca olvide, es la cresta de los Besiberris, donde me rompí el cóxis. Cuando me caí, me hice bastante daño, pero no sabía que me lo había roto. Me tome un antiinflamatorio, con la esperaza de que no fuera nada, y bajé, andando, lo más rápido que pude; el objetivo era llegar al coche. Apretar y los dientes y bajar. No me preocupó demasiado. Me dolió más saber que iba a tener que estar una buena temporada lejos de la montaña.
¿Tiene algún proyecto de futuro?
Sí.La vista de Txindoqui y la vista Noreste de Euzkaurre. Son excursiones más técnicas, que debido a las condiciones climáticas no siempre se pueden hacer. Por este motivo hay pocas oportunidades de hacer montes técnicos a lo largo del año. En cuanto veo que va a hacer buen tiempo empiezo a planearlo todo.
¿Cómo ha evolucionado en el mundo del alpinismo?
El monte,para mí, ha ido evolucionando hasta convertirse en una forma de vida. He pasado de ser un excursionista amateur a un montañero experimentado que disfruta más de lo que hace. Lo más destacable es, que con el paso del tiempo, he conseguido que todo mi ocio gire en torno a la montaña; la fotografía, la geología, la fauna, la flora… Todos ellos pueden realizarse en el monte.
Hace 40 años no había nada publicado sobre montaña, por eso todo el mundo iba a los mismos sitios, a los montes clásicos. Con el tiempo se fueron publicando libros, y eso abrió la puerta a ir a muchos más montes, ya que podías ver por escrito las rutas que había que seguir. El GPS e Internet lo han revolucionado todo; hay un acceso casi ilimitado a variedad de rutas distintas, lo que permite que los montañeros sean mucho más autónomos.
Hace 10 años, un amigo y yo nos dimos cuenta de que sobre raquetas no se había publicado nada y publicamos un libro. La gente tiene miedo de ir en invierno a la montaña; las raquetas permiten ir tranquilo por la nieve como si fuera verano. El libro se llama Raquetas por el Pirineo central y occidental y es de la editorial Desnivel. Creo que ayudó a describir el senderismo invernal.
¿Qué consejos daría a la gente que va a comenzar?
Primero, ir a sitios donde vaya gente. Por si pasa cualquier cosa.
Segundo, ir en grupos pequeños, los grupos grandes son más peligrosos. Se disfruta menos de la paz de la montaña.
Tercero, llevar el material adecuado. Buen calzado y buena mochila.
Cuarta, asegurarse de que haga buen tiempo.
Quinto, que no se metan en lugares que requieran más experiencia de la que tienen.
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Imágenes proporcionadas por Gabriel Dawid