ANÍBAL EN LOS ALPES
En el año 218 a.c Cartago mantenía con Roma la segunda Guerra Púnica. Enfrascado en este conflicto se encontraba Aníbal. Aníbal comenzó su campaña contra Roma en la Península Ibérica. Sin embargo, el objetivo de Aníbal no era acabar con la presencia romana en la península, sino asestar a Roma un durísimo golpe. Para intentar llevar estas ambiciones a cabo, Aníbal realizaría una de las mayores proezas en la historia del alpinismo.
Debido a que Aníbal se encontraba en una guerra en dos frentes contra Roma, tanto en Hispania como en el norte de África, decidió focalizar la Guerra en un solo lugar menos cercano a las urbes cartaginesas. De esta manera Aníbal decidió llevar la guerra a la propia Italia. Sin embargo, la ruta marítima era impensable porque Roma tenía la supremacía en el Mediterráneo y Aníbal no podía hacer frente a Roma en el mar. Con las rutas para llegar a Italia muy limitadas, Aníbal decidió optar por la más difícil y menos ortodoxa. Aníbal reunió un ejército de aproximadamente 50.000 infantes, 12.000 jinetes y 38 elefantes de guerra y se dispuso a cruzar los Alpes.
Una vez reunidas las tropas, Aníbal, inició la marcha hacia Italia. Aníbal cruzó el Ebro y fue dejando algunos destacamentos para custodiar el terreno hasta llegar a límite de la Península Ibérica. En el límite, muchas tropas iberas decidieron no acompañar a Aníbal por no querer abandonar su tierra. Por estas razones se estima que Aníbal acabó con un contingente de 30.000 hombres y 9.000 jinetes, los elefantes de Guerra se mantuvieron intactos.
La expedición de Aníbal llegó hasta la Galia tras flanquear los Pirineos. Allí, Aníbal realizaría algunas alianzas y se le unirían tropas a la columna de Aníbal. Aníbal comenzaría la expedición en los Alpes al cruzar el Ródano. Hay mucha discusión histórica sobre la ruta que siguió Aníbal. Los historiadores romanos Tito Livio y Polibio discuten sobre por donde cruzó Aníbal. No se está de acuerdo.
Sea como fuere, Aníbal logró llegar a Italia tras enfrentarse a estas dificultades. Debido a la dificultad del terreno, al frío clima al que los cartagineses no estaban acostumbrados e intentos de los romanos para frenarlos, el ejército de Aníbal logró cruzar los Alpes. El ejército sufrió muchas bajas en la expedición y perdieron a casi todos sus elefantes de Guerra, pero consiguió llegar a Italia e invadirla.
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